Cuando los procedimientos de restauración como la terapia del conducto radicular, las coronas o los empastes no son suficientes para salvar un diente, es posible que sea necesario extraerlo. Los procedimientos de extracción de dientes hoy en día son mucho menos dolorosos que nunca, gracias a poderosos anestésicos y sedantes. En muchos casos, un paciente que tiene un diente extraído experimenta poca o ninguna molestia, y solo sangrado menor.

 

Antes de extraer un diente, el área que rodea el diente se adormece con un anestésico tópico y / o inyectable como Novocaine. Los pacientes con dientes extraídos a veces necesitan tomar un antibiótico y, como mínimo, tomar precauciones después del procedimiento para asegurarse de que no ocurra la infección.

 

Durante el período postoperatorio no se recomienda fumar, cepillar y enjuagar vigorosamente, y beber líquidos con sorbetes porque impiden la cicatrización y pueden abrir la herida. Las compresas frías aplicadas en la mejilla externa cerca del área de extracción pueden ayudar a reducir cualquier hinchazón y promover una curación más rápida.

 

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